martes, 26 de abril de 2011

Finalidad del derecho

¿Por qué y para qué existe el conjunto de normas jurídicas positivas? Para poder apreciar la razón de ser del derecho, la función social que él desempeña, hay que tratar de imaginarse una sociedad o, más exactamente, un agregado de hombres, sin normas jurídicas, donde cada uno pudiera hacer lo que le viniera en gana. Sería el caos y el desorden más absoluto, lo que Hobbes ha llamado el estado de guerra permanente de todos contra todos. Concebir una sociedad sin leyes es incurrir en un absurdo lógico. 
El Derecho es el tejido conjuntivo, el esqueleto, el aparato ortopédico de la sociedad.  Si la sociedad necesita de ese aparato ortopédico es porque el hombre tiene una naturaleza débil y falible. Si fuera infinitamente bueno, si jamás invadiera la esfera ajena, el derecho no sería tan necesario. La sociedad, por lo tanto, no puede subsistir sin el auxilio de este mecanismo regulador. Esto demuestra la exactitud de la fórmula romana: "Donde hay sociedad, hay derecho." No hay Derecho si falta una relación entre dos sujetos humanos, una relación intersubjetiva (y decir relación intersubjetiva y relación social es la misma cosa). 
De manera que la finalidad primaria del Derecho es hacer posible la convivencia social pacífica, asegurar la paz y el orden dentro de una sociedad, lo que se llama la seguridad. En su sentido más general, la seguridad es la garantía dada al individuo que su persona, sus bienes y sus derechos no serán objeto de ataques violentos, o que si estos llegan a producirse, le serán asegurados por la sociedad protección y reparación. Por lo tanto la seguridad consiste en la situación en la cual las relaciones entre los miembros de esa sociedad se mantienen habitualmente sin violencia y cada individuo está protegido contra la agresión de los demás, incluida la agresión o el atentado a su seguridad que puedan cometer los propios gobernantes.
Una segunda finalidad del Derecho es introducir cierto grado de certeza en las relaciones entre los miembros de la sociedad, y de este modo hacer posible los intercambios económicos entre ellos. Los hombres tienen necesidad de prever las consecuencias de sus actos y saber lo que pueden o no hacer y, sobre todo, poder contar con la conducta, con la acción futura de los demás.
Y la tercera y más importante finalidad del Derecho es introducir y mantener la justicia en las relaciones humanas. 
El jurista alemán Radbruch sostuvo, en sus obras anteriores a 1940, que la seguridad es una finalidad del Derecho, más importante que la justicia. Llegó a afirmar que "es más importante la existencia de un orden jurídico que su justicia", haciéndose eco de la frase de Goethe: "Prefiero la injusticia al desorden". La crítica que se ha hecho a esta tesis es que, lejos de haber una oposición entre ambos valores, la seguridad más profunda, la única que verdaderamente merece tal nombre es aquella que resulta de la justicia. La estabilidad de un sistema jurídico, su capacidad de generar paz y orden, no depende solo del fiel acatamiento a sus reglas. No tenía, pues, razón Radbruch en preferir la seguridad a la justicia. Él mismo se dio cuenta de ello después de vivir la experiencia nazi y se retractó de sus tesis anteriores, reconociendo que la seguridad es aquella que resulta de respetar la libertad y los derechos fundamentales de todo ser humano.


Fuente: "Introducción al derecho" de Eduardo Jiménez de Aréchaga y Martín Risso Ferrand. Fundación de cultura universitaria.Montevideo 2007. Páginas: 34-36

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